Evaluación Clínica – Consulta y Exploración Física para el diagnóstico de las enfermedades del aparato respiratorio, se inicia, como en cualquier otra especialidad, por una historia clínica seguida por un examen físico.
El examen físico comienza con la evaluación del aspecto general. Ya cuando se saluda al paciente puede establecerse la presencia de molestias y ansiedad, la constitución física y el efecto que tiene sobre los síntomas el hecho de hablar o de moverse (p. ej., incapacidad de decir oraciones completas sin hacer pausas para respirar), lo que puede proporcionar información útil del estado pulmonar. A continuación, se realiza la auscultación, la percusión y la palpación del tórax.
Los pacientes suelen acudir a la evaluación clínica del neumólogo por tener síntomas respiratorios o presentar alguna alteración en una radiografía del tórax. Los síntomas más frecuentes son la tos, con o sin expectoración, la disnea, el dolor torácico y la hemoptisis.
No hay que olvidar nunca en la anamnesis recoger los antecedentes personales y familiares del enfermo, que nos pueden dar datos importantes para orientar el diagnóstico. Finalmente, siempre se debe realizar una completa exploración física del paciente para descubrir todos los posibles signos objetivos de enfermedad respiratoria. Anamnesis y exploración física son las claves que dirigirán el proceso diagnóstico con un uso racional de las diferentes pruebas diagnósticas disponibles.
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