Una fibrobroncoscopia o broncoscopia sirve para diagnosticar algunas enfermedades de la tráquea, de los bronquios o de los pulmones. Generalmente se solicita tras haber visto alguna anomalía en una radiografía o en un TAC torácico.
Sirve también para extraer cuerpos extraños del interior de los pulmones o para quitar tapones de moco que obstruyen la ventilación de una zona del pulmón. Por último sirve para recoger secreciones bronquiales (mucosidad) de una zona pulmonar donde exista una infección y poder diagnosticar el gérmen responsable de la misma.
¿En qué consiste la fibrobroncoscopia?
La fibrobroncoscopia consiste en la introducción de un tubo flexible (broncoscopio) por la nariz que lleva en su punta una luz y una cámara de vídeo. El tubo se dirige por la garganta, atraviesa la laringe, entra en la tráquea y posteriormente permite ver los bronquios de cada uno de los pulmones. Mientras se introduce, las imágenes son visualizadas en un monitor de televisión. Por el tubo pueden introducirse una serie de herramientas: pinzas para retirar cuerpos extraños, agujas para obtener biopsias o tubos para obtener secreciones.
El médico puede también instilar una pequeña cantidad de suero salino en una determinada zona del pulmón y recogerlo posteriormente mediante aspiración (lavado broncoalveolar). El líquido procedente de este lavado es utilizado para obtener células y otras sustancias del pulmón que serán analizadas en el laboratorio.
Existe una forma de broncoscopia, denominada fibrobroncoscopia rígida, que se realiza de forma más infrecuente. Consiste en la introducción de un tubo de mayor tamaño por la boca (endoscopio rígido) y se hace con anestesia general.
También puede interesarle: Toracocentesis + Biopsia Pleural